( Por: Taty Cascada )
Tranquilo riachuelo, de transparente agua,
donde las huidizas margaritas beben su sabor.
Misterio profundo, que desafían mis pupilas,
¡asi son tus ojos amor!, maderos de mi fragua.
Aromas de rosas y manzanos silvestres,
tesitura sedeña que me causa ávido rubor,
¡asi son tus carnes amor!, sed de mis papilas.
Fuente que mana dulzores y mieles de abejas,
carnosidad de frutos silvestres,melosas simientes.
Copa de vino añejo, sabores de frutas desconocidas,
¡asi es tu boca amor!, ribas de amapolas bermejas.
Briznas que caen lacias sobre tu frente,
oscuras, desafiantes, sensuales, estremecidas,
vehementes, como feroces epicúreas guedejas.
¡Asi son tus cabellos amor!, brasas incadescentes.
Atracción poderosa, magia que me enciende,
mutando mi habitual palidez en rosas ardientes.
Deslumbre y misterio, que a hurtadillas observo,
irresistible ráfaga de fuego que me muerde.
Turbada de soles de llamaradas candentes,
mi orgullo cede...¡Ay amor!, yo sin ti no vivo.
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