NO PUEDES, NI QUIERES DEJARME...MENOS YO...

Estudio óleo, en un taller de pintura, y entre decenas de imágenes para pintar, me quedé arrobada con unos trabajos de Sung Kim, tanto me gustó que  éste cuadro se inspiró en una de sus telas. Además,  nacieron palabras, o quizás las palabras estaban antes de la tela y esperaban su interpretación en colores, formas...no lo sé, pero si estoy cierta que ambos mundos conviven armoníosamente en mí creación.

( Por: Taty Cascada )

No puedes ni quieres dejarme, susurra sibilante el viento en mis pensamientos. Las hojas de  parra multiplicadas y verdosas arden, con la luz de los racimos de uvas que juguetean y se desprenden lujuriosos en los impávidos pilares  dóricos.  La clandestina, danzarina brisa, se precipita en amplias bocanadas entre las flores. Dos o tres curiosas abejas cruzan las envejecidas tinajas de arcilla, rebosantes de polen y dulzor. El musgo muerde la muralla con sus dientes cortos, devorándola en mordiscos su virginidad. Rayos de  luz se adentran en las escalinatas, temblando bajo su influjo los pastelones de greda. Sienten el sol en sus pechos de grada, yo los acaricio con mis pies que esperan por tus torneadas piernas.

No puedes ni quieres dejarme...Melancólicas dos copas y una botella de vino reposan en la mesa - un delicado Cabernet Sauvignon para degustar entre los dos-, dos sillas de metal,  un mantel que gime por nuestras manos, y al fondo el océano, con su garganta tempestuosa, súbita, salada... Te espero amor, sé que vendrás a mi encuentro, "nuestro encuentro".
Bajo segura los escalones de piedra, que tantas huellas han grabado con los años. Me llama la arena con sus partículas de caracolas, con sus destellos de algas, con sus rocas descoloridas por el beso furioso del mar. Me  interno decidida, pisando su vientre de rocas, sintiendo en mis pies  la embriaguez arenosa, que se esfuerza por adherirse a mis pies.

Y te espero, tumbada en la arena de la playa, desvanecida en el aire mi turbación y angustia...No puedes ni quieres dejarme, yo tampoco....Desciendo con mis ojos al prólogo de la tierra, la siento latir, ¿ es mi corazón o es  la tierra ?, el tic tac es violento, intenso, sístole y diástole. ¿ Soy  yo o es ella que entiende mi nerviosa espera ?....Al fondo los caseríos sostienen mi certeza de soñarte, de saberte mío en la distancia, sé que vives en mi pensamiento, y que en el tuyo también existo, camino, despierto, y me estremezco.

No puedes ni quieres dejarme, menos yo...Las olas se retuercen y engrandecen,  lamidas por el sol que las seduce con sus guiños eróticos y provocadores. Mis manos mojadas por las  traviesas estelas, interceptan el agua con mis ojos...Estás cerca, lo presiento, intuyo tus pasos, tu andar...Las copas están dispuestas, la mesa y el vino. Siento la sal en mis labios, la sal de la espera inquieta...Mis besos murmuran en el viento su sabor, agonizan mis pechos por tu boca, mis manos agitadas, los ojos ardientes, el semblante delirante, el agobio del deseo impetuoso y movedizo...Estás cerca, lo sé...Siempre será así lo sé, no puedes ni quieres dejarme cariño, yo, tampoco.