miércoles, 28 de enero de 2009

PENSAMIENTOS Y REFLEXIONES DE UN MUCHACHITO LLAMADO EL PRINCIPITO

(Por Taty Cascada)

Si tengo que mencionar un libro que siempre logra conmoverme, maravillarme, seducirme por su simpleza y grandiosidad es, El Principito. Libro habitualmente de formato pequeño y menudo. Su tapa siempre se diseña con tonos fuertes y atractivos ,para que los pequeños lectores, se dejen influenciar por sus ingenuos y sencillos dibujos, de líneas y trazos sencillos y básicos....¡Cuánto tiempo, cuántos años me han acompañado diversos Principitos!,de los más variados tamaños, largos como cuentos antiguos, medianos para captar la atención de lector más adulto, y otros muy pequeñitos, diminutos de no más de cinco centímetros de largo. Todos me han mantenido con la vista pegada en sus hojas, con el corazón latente de tanta belleza, con la sensación de entrar a un plano mágico de armonía prefecta con mi arrebata sensibilidad. Con la sensación de que cada hoja es una puerta invisible, y que al abrirla, penetro y dejo entrar seres especiales, únicos, bellos, que me dejan con una dulce sensación en el paladar. Algo muy parecido a degustar miel en cantidad y calidad....

Quizás la magia no tan solo se concentre en las características del protagonista, de sus actitudes, de sus movimientos, y de sus increíbles enseñanzas, sino que en todos sus personajes....El aviador y su odisea por reparar su avión, el zorro y su labia perfecta, la sucesión de planetas, habitados todos con seres que nos demuestran lo peor del ser humano, sus egoísmos, sus fracasos, sus resquicios humanos (El rey, el vanidoso, el borracho, el hombre de negocios, el farolero, el geógrafo), la hábil y sinuosa serpiente, que como siempre logra su objetivo. La flor , esa dulce, tempestuosa, temperamental flor, que no es más que una mujer en todas sus actitudes, porque después de todo, que descripción más perfecta logra el autor, de nosotras las mujeres, cual más, cual menos, todas somos: temperamentales, un poco vanidosas, dulces, a veces temerosas, coquetas por naturaleza, suaves, complicadas, orgullosas, fuertemente pasionales y sabemos, siempre sabemos lo que queremos.

Que maravilla sentir que un pequeñín venido del asteroide B 612, no le interese saber dónde vives, que profesión estudiaste, en qué trabajas, cuántos son tus ingresos, cuántos autos tienes, cuántos países conoces,. Solamente le interesaba saber ,si se le podía proporcionar un lazo, para poder asir el cordero, y éste no engulliese su amada flor...¿No es acaso maravilloso?, asimilar que es más importante, acercarnos a las personas que nos entreguen luz, claridad, honestidad, valentía por vivir, franqueza y escucharlos hablar...de qué me sirven las "cifras", si no me van a entregar al ser humano real.....

Su planeta era pequeñito, con dos volcanes activos y otro extinguido, con semillas de baobabs que amenazaban con destruirlo, por eso debía estar siempre atento, a deshacerse de todo pequeño intento de germinación. Su máxima distracción las puestas de sol, -delicia que humildemente comparto-aunque a veces esa delicia signifique un dejo de melancolía, de asolapada y oculta tristeza. Frases hermosas, versos que riman, versos inspirados que hablan del amor hay tantos, pero me quedo con la descripción que hizo el Principito de su flor "Cuando alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar en los millones y millones de estrellas, le basta mirarla para sentirse feliz". No es eso, justamente el significado real del amor verdadero, de un amor que es capaz de cruzar barreras culturales, sociales, religiosas, sexuales, económicas y políticas, para instalarse en los corazones de las personas que lo reciben con los brazos abiertos. Cuantas veces hemos discutido con ese amor, y juzgado con apresuramiento sus palabras y no sus actos. Si en el fondo todos somos a veces contradictorios, irritantes y nos dejamos llevar por la pasión y los miedos, y olvidamos que debemos apreciar esa flor "Solo hay que mirarlas y olerlas",porque detrás de esas irritantes palabras, se encuentra la ternura en sus pétalos.....Y la flor, esa flor que en las discusiones finales nos dice " Por cierto que te amo, fue culpa mía que no lo supieras. No tiene ninguna importancia, pero tú también has sido tan torpe como yo". Se sintió triste cuando en la tierra encontró miles de flores, porque él pensaba que su flor era única, ¿es que acaso él no era un gran príncipe?, tuvo que hacer su aparición un zorro, para que le enseñara la palabra "domesticar".o creación de vínculos con otros seres, y entonces él entendió que su flor "lo domesticó", porque su flor era para él , única en el mundo , y se necesitaban uno al otro.

Segunda frase que siempre he amado, segunda sencilla frase que contiene la esencia de eso que llaman "amor".Es éste curioso personaje de orejas largas, mirada inquieta quien le enseña al Principito los llamados "ritos"...Entonces, me quedo pensando y cuantas veces no hemos olvidado, de esos ritos , decir "te quiero", "te necesito", "eres importante para mi vida","dar un beso", "estrechar fuerte las manos", "abrazar a quien amamos, por solo hecho de sentirlos cerca", porque a veces solemos pensar, que las personas no necesitan estar constantemente mimadas, y eso es falso, todos necesitamos gotitas, gotas, goterones de diario amor...Necesitamos cambiar esos días "calmos", de aparente y rutinaria realidad, días idénticos uno al otro, días supuestamente "tranquilos", por días efusivos, cariñosos, que nos quiebren esa tediosa soledad, días donde el corazón se compenetre por completo de amor.

Hay amores o desamores, que una vez domesticados, una vez que esa persona que genera el papel de ser domesticado con la finalidad de saber qué es, y una vez logrado su objetivo, lo que busca, luego desaparece, porque se cansa, porque su vida la quiere en otro lugar, porque su vida ya está "supuestamente establecida", porque los años le generan apremios económicos, o porque simplemente era un ser que buscaba conocer y continúa en su búsqueda de buscar y no saber qué es lo que busca...¿Qué sucede con la otra parte?, con la "domesticada",la que todavía ama, espera, reclama esos minutos de amor, reclama esos ritos diarios.....Llora, llora por un amor, que no fue más que un desamor, pero cómo dice el zorro "Por cierto, que he ganado", y cual es esa ganancia,¿las lágrimas que corren por los ojos", no, la ganancia es haber conocido el amor, saber que existe, que se siente, que haya durado lo que haya durado, fue importante porque, amar después de todo, con las condiciones favorables o desfavorables, es finalmente una ganancia para el corazón... ¿Cuál es el verdadero secreto del amor?...."no se puede ver sino que con el corazón. Lo esencial está oculto a los ojos". Entonces, debemos aprender y comprender a cabalidad, que somos y seremos responsables por siempre de lo que hemos domesticado, en una palabra ser "fieles"...

Que bella y dulce expresión se dibuja en el rostro del Principito, cuando el aviador lo toma en sus brazos, y lo que más le conmueve fue su fidelidad a su flor, aún en sus sueños más profundos pensaba en ella, aún en la distancia más angustiosa, más entristecedora, más sensible, él pensaba en ella y estaba con ella....Cuando jóvenes, cuando no sabíamos qué buscábamos, generamos decenas de relaciones efímeras, noviazgos fugaces, salidas de una noche, devaneos locos de época de estío, todas relaciones sin compromiso ni ligamentos fuertes que nos unan....Y tuvimos que pasar por todo ese largo camino, para llegar a la sencilla conclusión "que lo que se busca puede hallarse en una rosa o en un poco de agua"....

El desenlace del libro, todos lo conocemos. Su partida, urdida por una víbora amarilla, que se perdía en los tonos rubios del bello muchachito, ya todos la sabemos.....Y no quiero hablar de su partida, porque no me gustan los finales tristes. Prefiero sentir y soñar que ese dulce muchachito está feliz en su asteroide B 612, limpiando la ceniza de sus volcanes, arrancando las raíces de los desastrosos baobabs y gozando de las puestas de sol junto a su amada flor.......Me quedo con el libro que más amor me ha enseñado, me quedo con sus tapas de colores junto a mi velador, y con la dulce sensación de que estoy cierta, que lo volveré a leer, miles de veces más, porque cada vez que lo leo, siento que aprendo un poquito más de eso que llaman amor...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Taty, gracias por recordarnos este precioso cuento que fuera pensado para los niños, sin embargo, es una narración tan rica y tan profunda, que nos motiva y mueve a los adultos a pensar en las cuestiones valiosas y excelsas de esta vida.
¿Quién no ha tenido un amigo (a)?, ¿quién no ha amado de verdad alguna vez en su vida?, ¿quién no se ha sentido diferente y extraño del gentío, alguna vez?. Teniendo en cuenta que cada ser humano es un mundo distinto y único, este libro nos remite a la escencia eterna y verdadera de lo que somos en verdad; nos remite hacia lo sencillo y maravilloso de nosotros mismos, a un mismo tiempo, a rescatar lo que somos o podemos ser, sin artificios, disfraces, ni falsas valoraciones...Está impresa el alma y la escencia de la vida, cargada en metáforas a cada paso, que hay que interpretar, atrapando el real sentido de las cosas, la amistad, el amor y la vida misma. Es un libro muy profundo y bello, que sin duda quedará para la posteridad, como un aroma escencial para la vida.

Saludos y gracias otra vez.

Gina