viernes, 21 de agosto de 2009

PARAISO TERRENAL, PARAISO MENTAL...

La imagen corresponde al Hotel Huilo Huilo, en la región de los Rios, Chile.



( Por Taty Cascada )

Leyendo relajadamente el blog de una amiga, quedé obsesionada con el título de su escrito, éste hablaba de los Paraísos perdidos y de su quimérica idea, de haber encontrado el mejor lugar de residencia en la tierra. Por desfortuna o acaecimientos inesperados de la vida, el lugar ya lo estaba dejando de ser; no porque la belleza hubiese hecho mella en el paisaje, sino que hechos colaterales, lo hacían doloroso. Ambos pensamientos se adosaron a mi cerebro, como polen a la inquieta abeja, como musgo verdusco a la piedra, como fruto al árbol...Como consecuencia lógica post raciocinio, surge la pregunta, ¿Qué es en verdad el paraíso?, un lugar físico para vivir , una casa en la playa, un departamento ubicado en un sector privilegiado, habitaciones claras, una ventana que me conecte al mundo, vegetación, altos y empinados rascacielos que me limiten con la vida álgida de las grandes capitales, o quizás, un islote perdido en el océano, con playas de arenas blancas, mar azul, palmeras, un trozo de piña en la mano y sol para desperdiciar. Para los llamados seres cosmopolitas, esa lejanía con la civilización, les resultará intolerable, un suplicio chino, y añorarán la congestión de las grandes capitales, las fiestas, el llamado glamour, las noches de juerga, la música en niveles altos, y el contacto de miles personas a su alrededor...

Mi respuesta personal, va de la mano de mis sueños futuros...Sé de un lugar muy bello, ubicado en los Andes Patagónicos de mi país (Chile), llamado Huilo-Huilo, donde es posible darse un chapuzón a la luz de la luna, en una deliciosa piscina termal , teniendo de telón de fondo, imponentes volcanes. Todo el sector es circundado, por una exuberante y grandiosa vegetación nativa, compuesta de: coigues, ulmos, avellanos, mañíos, helechos, musgos, líquenes, y decenas de matorrales diversos ...Para mí, esa conformación de elementos constituyen sin lugar a dudas, un paraíso de la naturaleza. Vida natural, verdor, fragancias de maderos, olores terrosos, texturas por descubrir, sabores mágicos, silencio quebrado a lo lejos, por la risa de los visitantes, y por el graznido de inquietas aves que nidan el sector...Sentarse en las tardes y deleitarse con tanto arrebatador y cautivante paisaje , es ciertamente uno de mis refugios ideales. El segundo es el mar, ¡ como olvidar el mar !, su ímpetu de fuerzas arremolinadas, su inquietud por besar los dedos claros de la arena. Su pasión desvergonzada, su desenfadado arrebato cuando se estrella contra las rocas, y la quietud del ocaso...Una cabaña frente al mar, un sueño....Pero, ¿ realmente son los lugares físicos el paraíso?, o ¿una proyección de nuestros gustos personales, adecuaciones espirituales y proyecciones futuras?....

Para contestar la segunda pregunta, debo cambiarme de escenario, subirme a las alas de mi imaginación y bajarme en el lugar más inhóspito del planeta...Tal vez con toda seguridad, el desierto más árido del planeta -ubicado en Atacama-o en las partes más septentrionales de la tundra de Siberia, para quedarme estacionada allí, largos días, sin compañía humana, sin el apoyo tácito de nuestros hermanos menores, los animales. Frente a todo eso, frente a tanta soledad, con temperaturas extremas, con silencios largos y profundos, por consecuencia lógica...me muero. Pero, si en el mismo desafiante y extremo paisaje, me acompañaran seres que amo entrañablemente, sin lugar a dudas ese mismo desafiante paisaje, se transformaría en mi paraíso personal, porque mi alma estaría en paz, y ese es el verdadero paraíso, el paraíso mental. Llego por deducción, que la felicidad está dentro de uno, en el alma, no en lo que observamos, si dentro de nuestro corazón...Cualquier lugar en el mundo, es nuestro verdadero paraíso, estemos donde estemos, aquel lugar donde esté esa mano que amamos, esa mirada que nos seduce, ese destello de luz de quién amamos, esa palabra de quién nos acompañe, es nuestro verdadero paraíso en la tierra...Después de todo, el Creador fue sabio al proveernos de visión y de corazón. Uno es perfectible, el otro certero...

Siempre los paraísos están perdidos, nos toca en ésta vida, y en las que tengamos que vivir, buscarlos, morder el llanto para tener su relajo, exprimir del fruto para extraer su dulzor, arañar la tierra para proveernos de sus frutos, rasgar las entrañas para saciar el hambre....Nada en ésta vida es gratis, nada es un regalo, lo que aparenta ser un obsequio en el fondo, es una responsabilidad...Si queremos la felicidad, debemos luchar por ella, por encontrar ese paraíso perdido, el Nirvana de los budistas, el Aaru o morada de Osiris, el vergel del antiguo testamento, la morada eterna del maestro Jesús.....Ese lugar, pletórico de tranquilidad, armonía, alegría, belleza, simplemente está en cualquier lugar. Lo importante es sentirnos bien con quién nos rodea, amar y ser amados, querer y ser queridos. Nuestro paraíso después de todo está más cerca de lo que imaginamos.

4 comentarios:

Gabriel Cordears dijo...

El paraíso es el lugar y momento en el que nos sentimos completos y ese no es otro que el compartir un sentimiento y una misma emoción, acaso también el deseo de estar junto a la persona amada. Con ella en cualquier lugar, mirando sus ojos y sentir el calor de su piel, su humedad...
Un abrazo.

Tatiana Aguilera dijo...

Muy cierto querido Gabriel, el paraíso está más cerca de lo que imaginamos...Debemos sacarnos los errados conceptos, ideas ilusorias de eterna felicidad. Cuando la verdadera dicha está, en aceptar, conocer, apoyar, respaldar, acompañar a ese ser, en todas sus debilidades y fortalezas, en sus caídas y grandezas, en sus contadas virtudes y múltiples defectos...Ese es el verdadero amor, el resto desechable ilusión.

Gina dijo...

Hola Taty:

Mi artículo original venía de todo aquello que a lo largo de una vida vamos perdiendo sin remedio además, los "amores a"...infinidad de seres, cosas y lugares y que ya nunca recuperamos, más que quizas en la memoria, o el recuerdo. Yo no me refería precisa y exclusivamente a aquellos paraísos necesariamente físicos, como pareces crees tú, me referí. No, nada más lejos de la realidad. Por eso narré el gran y desgarrador dolor que me causó muy prematuramente, perder a los 4 años, a la chica que me cuidaba y a quien nunca volví a ver...Narré mi supuesta poca resistencia a tener que soportar las despedidas y los sucesos del desamor...Los paraísos son en cierto modo subjetivos, muy personales y según creo yo, también existen de verdad en nuestro plano físico. Yo he viajado mucho por el mundo y habiendo conocido tantos países, sé a ciencia cierta que la Tierra es bella, no importan las fronteras o los países, (ese es un invento humano e ideal par mi), es bella donde quiera que vayas, mucho más obviamente si tienes paz interior y tu estado personal es de felicidad y bienestar contigo misma y con circunstancias también tanto internas como externas que has luchado y perseguido por conseguir y has conseguido finalmente.

Puede ser vivir en determinado lugar, conseguir un amor que lo es todo para ti y te llena o haber alcanzado a saborear el sabor y visto el color de "un algo" que aspirabas de verdad...Muchas cosas podrían constitur el parámetro de los llamados paraísos, por tanto, repito es algo completamente subjetivo y personal también.

Con cariño.

Gina.

www.macpik.wordpress.com

Tatiana Aguilera dijo...

Mi querida amiga:
Sabes muy bien, que mi obsesión por la escritura va de la mano, por adentrarme de recovecos no explorados, por caminar senderos que me conducen a varios caminos, varios derroteros..Si bien tú, derivaste por adecuaciones muy tuyas, muy personales en tu escrito. Yo, me dejé llevar por paramétros más abiertos...Sabes, que para mí es fácil conectarme con una palabra, y colegir en un pensamiento, y esa idea, no es necesariamente la ruta elegida en lo leido...Gusto de la escritura, porque me encantan los desprendimientos de conceptos y desarrollos colaterales.Tú, en tu escrito expresaste un mensaje, yo en el mío, inferí en otro.
Ambas llegamos a la esencia de la creación, la búsqueda, siempre la persistente búsqueda de elementos nuevos.

Con cariño para ti
Tatiana